viernes, 23 de septiembre de 2011

Muriel Guerrero V. - Life Symphony Adolecentes

Realmente la experiencia que pasé en el taller es inolvidable e indescriptible. 

Sólo viviéndola y gozándotela puedes entender de qué hablo.

 Después de haber ido a varios cierres del proceso de adultos, sentir esa alegría que transmitían, yo le dije a mi mamá: “wow, cuánto cambió esa persona, yo quiero esto para mí”. 

Y fue así, entré a un Básico llena de inseguridades, miedos y sin conocer a nadie, para luego estar en un cierre genial con mucha alegría, amigos y gente del staff maravillosa; con las primeras herramientas que nos mostraron y así todos los de mi Lima nos pudimos dar a conocer tal cual somos. 

Luego vino el Avanzado, wow, eso sí que es algo que nunca olvidaré en mi vida, me cambió, me hizo darme cuenta de millones de cosas, hice cosas que jamás pensé que podría hacer, me renové, aprendí, fue maravilloso.

 Y aunque el cierre-graduación nos entristeció un poco a todos, sabíamos que todo lo que habíamos aprendido en ese espacio de confianza lo teníamos que sacar, usar, porque había un mundo afuera que conquistar.

Todos los días al levantarme me repito: “Yo soy una mujer libre, confiada y amorosa” y sé que lo que me proponga lo puedo cumplir, y ser y hacer lo que yo quiera. El taller me abrió los ojos, me ayudó a buscar a esa Muriel sensible y tierna que a veces por miedo teme mostrarse, me ayudó a darme cuenta del valor de la vida, del amor, de las relaciones y de todo. Cuando recuerdo esos tres meses que viví es imposible que no aparezca una sonrisa en mi rostro; la cosa es comprometerte y dar el 100 % y así estás comprometiéndote con tu propia vida.Simplemente Life me ayudó a ver el mundo de otra manera, entender realmente el punto de que las cosas no cambian sino nuestra manera de verlas; “vi con otros ojos la magia en todas partes y los colores muchos más brillantes”.

El hecho de saber que era el ejemplo a seguir de mi hermanita menor, que me admiraba y que la pude hacer tan feliz con algo tan simple como un abrazo, cambió algo dentro de mí, la amé, la entendí, y nuestra relación fue distinta, cariñosa y sin peleas. Lo mismo me pasó con mis papás y por qué no, con mis amigos que los empecé a entender con otros ojos y yo mostrándome siempre tal cual, y escuchando a mi corazón. Saber que la vida ES AQUÍ Y AHORA me hace vivir al máximo y siempre estar constantemente renovándome.




Muriel Guerrero V. – Lima 18